¿QUÉ ES EL BOOTSTRAPPING?

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¿Te atreverías a arrancar tu emprendimiento sin contar con dinero extra? Esta práctica te da experiencia y te coloca en una mejor posición para negociar con inversionistas.

En la escuela de negocios nos enseñan a escribir un plan, levantar capital y ejecutar una visión. Sin embargo, este proceso no es del todo realista. En el mundo real, las startups nos enfrentamos a que los inversionistas ángeles y los capitales de riesgo no están dispuestos a participar en empresas que no hayan aprendido a manejar las “vacas flacas”.

Esto significa hacer bootstrapping para arrancar sus operaciones. En palabras simples, este término en inglés significa trabajar como se pueda con los recursos que se tengan a la mano. Básicamente, no esperar a tener dinero para hacer las cosas. La falta de fondeo externo puede ser una maldición o una bendición porque si logras arrancar con lo que tienes, en 18 meses no tendrás que preocuparte por pagarle a un inversionista. Esta es una manera común de arranque de negocios en Silicon Valley.

Como emprendedor creo que hay muchas lecciones valiosas de aprender a administrar los pocos recursos que se tienen en los primeros años de “vacas flacas”. Por ejemplo, en mi empresa Infusionsoft nos autoinvertimos por años y eventualmente conseguimos levantar cerca de US127 millones con inversionistas, pero esos años complicados nos obligaron a ser creativos y a empujarnos a ser mejores administradores. Por eso creo que los emprendedores que arrancan sus negocios incluso antes de tener inversionistas adquieren una experiencia invaluable. Puede ser un camino complicado, pero es un factor fundamental para el éxito futuro.

Si decidís usar el bootstrapping, aquí hay algunos pedazos de sabiduría en supervivencia que podés adquirir:

1. Los clientes son básicamente tu sangre

Cuando no tenés los fondos de papá o de inversionistas externos entendés MUY RÁPIDO que los consumidores son los que te mantienen a flote (y pagan las cuentas). Debes cuidar a cada uno de tus clientes. En mi empresa atenemos una política de servicio por encima de cualquier otra cosa.  Si trabajas para mí, sabes que el cliente es tu prioridad número 1.

2. Dominá el arte de la venta 

Debes vender sí o sí cuando no tenés grandes reservas de efectivo. Antes que cualquier cosa, las ventas son los indicadores básicos del desempeño de un negocio. La estrategia de ventas debe ser integral en tu plan de negocios.

3. Controlá tus gastos

Es indispensable que tengas un presupuesto cuando tu empresa solo sobrevive por las ventas que logras traer. Debes controlar tus gastos, analizar honestamente en dónde podés cortar fugas de dinero y desarrollar un buen ojo para distinguir entre gasto e inversión. Cuando enfrentas las “vacas flacas” de los primeros años NO te podés permitir tener gastos que no estén destinados a hacer crecer tu empresa.

4. Sigue tus métricas

Sin una red de seguridad, es clave que entiendas cuáles son los indicadores que impulsan tu negocio. ¿Tenés una página web? Debes dominar Google Analytics. ¿Tenés un negocio de ventas? Debes tener una contabilidad experta. Entender los componentes granulares de tu industria (leads, retenciones, conversiones, etcétera) te ayudará a identificar en qué tenés que apretar las tuercas para impulsar el crecimiento de tu negocio.

Apretarte el cinturón y arrancar con lo que se tiene te hace fuerte. Obliga a tu compañía a probar su valor cada día. Te da claridad en la misión y visión de tu negocio. Cuando llegue el momento de buscar inversionistas, los años que pasaste acumulando experiencia demostrarán la viabilidad de tu idea y te darán una gran ventaja al momento de negociar.

 

Fuente: Entrepreneur