No se trata de abandonar tu carrera profesional, si es que estás pensando que te lo voy a recomendar, se trata de aprovechar todas las oportunidades con las que cuentes en tu universidad, y aprovecharlas para convertirte en un estudiante emprendedor exitoso.
Según un estudio realizado en Inglaterra por Westminster Bridge Student Accommodation y Urbanest Student Accommodation:
El 10% de los estudiantes universitarios ya crearon su propio negocio.
El 17% de estos estudiantes tiene planeado crear su empresa antes de graduarse.
El 27% tiene pensado seguir en su propia empresa como carrera profesional luego de graduarse.
Estas cifras, más allá de comprobar la mala gestión que están haciendo las empresas para retener su capital humano, demuestra el deseo de las personas jóvenes por emprender un estilo de vida que sea mucho más acorde con sus sueños.
Con base en esto, si tuviste planes, o tenés intenciones de crear tu empresa antes de graduarte, las mismas personas que desarrollaron el estudio diseñaron una guía totalmente práctica para que lo hagas de una manera exitosa.
Así que empecemos:
1. Evaluate primero:
Para comenzar debés resolver tres preguntas o tres aspectos antes de salir y emprender tu negocio:
Qué conocimientos tenés y cuáles son tus habilidades: acá es importante que definas tus fortalezas y te enfoques en ellas. No te preocupes por lo que no sabés, enfocate en aquello que dominás.
Cómo te gusta trabajar: debés definir cómo te gusta pasar la mayor parte de tu día; si te desenvuelves bien trabajando en equipo o por tu propia cuenta. Imaginate cómo te verías trabajando en tu empresa.
Qué industria te llama la atención: sería mucho más fácil que te enfocaras en una industria en la que tienes cierto conocimiento y experiencia. No obstante, esto no es un requisito para emprender con éxito. Acá tenés algunas industrias para crear un negocio innovador.
2. Tener una buena idea de negocio:
Las ideas no van a cambiar el mundo, así que no tienes porque desgastarte todos los días pensando en la idea perfecta que revolucionará el mercado.
Sin embargo, esto no quiere decir que no debas tener presente que una buena idea de negocio es aquella que identifica una necesidad y luego la conecta con una solución.
Para saber si tenés una buena idea de negocio, hacete las siguientes preguntas en el orden que están, si la respuesta es afirmativa continúa a la siguiente, en caso de ser negativa deberás trabajar en tu idea, o simplemente buscar una nueva:
¿Existe alguna demanda por tu producto o servicio?
¿Podés identificar el segmento de mercado al que querés llegar?
¿Estarán dispuestas las personas a pagar por tu producto o servicio?
¿Ofrece tu producto/servicio una propuesta única de valor?
¿Sos consciente de tus debilidades y posibles amenazas?
¿Tu producto/servicio se encuentra libre de complicaciones legales?
Si lográs responder positivamente a estas 6 preguntas tendrás la confianza de tener una buena idea para desarrollar. Aún así, debés estar constantemente haciéndote estas preguntas, ya que las circunstancias pueden afectarte.
3. Investigá la competencia:
Lo primero que debés identificar es si tenés competidores: si existen personas o empresas haciendo dinero en la industria que tú querés emprender; si los encontrás es una buena noticia, ya que podrías hacerlo mejor o diferente que ellos.
Para identificar a tu competencia tenés tres alternativas para hacer una investigación:
1. En línea: Investigá palabras claves de tu industria en los motores de búsqueda. Busca qué productos o servicios están ofreciendo, cómo lo están haciendo y que características encontrás.
Las empresas que salgan en las primeras posiciones de Google pueden ser las más grandes del sector ya que (posiblemente) han hecho un buen trabajo de posicionamiento orgánico. Esto es sumamente importante hoy en día, independiente de tu idea de negocio.
2. En papel: Supongamos que estás pensando en crear un negocio de venta de equipos para restaurantes; un lugar interesante para buscar tus competidores pueden ser las revistas y medios físicos donde estas empresas suelen pautar.
Las revistas especializadas son un punto de referencia para entender qué tan competitivo es tu mercado y cuáles son tus competidores líderes.
3. En persona: Por último, y el más lógico, es que visites los puntos físicos de tus competidores. Si están fuera de tu ciudad podés participar en eventos o congresos de tu industria, ahí podrás conocerlos.
No hay nada de malo en contarles cuáles son tus proyectos. Por ejemplo, si tu idea es construir un blog del que puedas vivir, aquí en Emprendiendo Historias estaríamos encantados de ayudarte con esto.
¿Qué les pregunto a mis competidores?
Si estás preguntándote cómo investigarlos, es decir, qué evaluar cuando te encuentres con ellos, acá tenés 4 puntos que debés considerar:
1. ¿Cómo los perciben sus clientes y la industria? Podés mirar los comentarios de sus clientes en Google, en redes sociales o entrevistándote con ellos directamente.
2. ¿Cómo promueven su negocio? Investigá qué estrategias utilizan para promover su negocio y llegar a sus clientes. Por ejemplo, revisá si tienen boletines, email marketing, pauta en Facebook, tienen un blog, o estrategias offline como publicidad exterior.
3. ¿Cómo trabajan? Si tenés la posibilidad averiguá cómo es su proceso de compra y venta. Hacete pasar como cliente y analizá cómo te tratan, qué te ofrecen y demás.
4. ¿Cuáles son sus debilidades y fortalezas? En un marco global, es decir, haciendo una tabla, identificá las fortalezas y debilidades de cada uno. Una vez que hagas esto podrás identificar puntos a explotar como negocio nuevo.
4. Diseñá un plan de negocio:
El objetivo de hacer un plan de negocio (y sencillo, ¡por favor!) es clarificar tu idea, alinearla con tus objetivos de largo plazo e identificar tu marca o huella que tendrá el negocio en la industria, es decir, qué harás diferente.
Aquí tienes un ebook gratuito para desarrollar tu modelo de negocio.
La idea es que definas un plan de negocio que sea conciso, que sea adaptable a diferentes escenarios y que no se convierta en una excusa para no emprender tu negocio. Recuerda que estás empezando y no necesitás el plan mejor definido de este planeta para poder comenzar:
Con base en esto, un plan de negocio debe incluir como mínimo 6 aspectos:
1. El concepto del negocio: Información básica de tu industria, el concepto y estructura de tu negocio junto a los productos o servicios que vayas a ofrecer.
2. El mercado y tu competencia: En este punto vas a agrupar las características de tu cliente, podés definir una “persona ideal” de cliente a la cual pensás enfocarte. Adicionalmente debés incluir las características de tu mercado como competidores, proveedores y demás interesados.
3. Ventas y mercadeo: Respondete la siguiente pregunta: ¿cómo harás para construir tu base de clientes? La respuesta serán las estrategias para llegar a ellos, ofrecerles tu propuesta de valor y finalmente fidelizarlos.
4. Equipo de trabajo: Analizá quiénes serán los integrantes de tu equipo de trabajo, cuáles son las funciones de cada uno y sus respectivas responsabilidades. Definí qué habilidades aporta cada socio para este proyecto.
5. Finanzas y costos: Asesorate para realizar proyecciones financieras, para formular costos y definir otros temas administrativos importantes. La ventaja de estar en la universidad es que cuentas con el apoyo de diferentes programas que te ayuden con esto. Si no las tenés, andá y tocá la puerta de la oficina de un profesor de finanzas, seguramente te ayude.
6. Medición del riesgo: Todo emprendimiento tiene un componente alto de riesgo, es por esto que crear empresa es un estilo de vida que no es apto para todo el mundo.
Sin embargo, el hecho que estemos dispuesto a correr el riesgo del emprendimiento no significa que no debamos identificarlos y prepararnos ante ellos.
Los peores riesgos son aquellos que no sabemos que estamos corriendo.
Recordá que como estudiante emprendedor tenés la oportunidad de acceder al conocimiento y acompañamiento de muchas identidades públicas y privadas que buscan que los jóvenes emprendan sus negocios. Investigá en tu ciudad cuáles pueden ayudarte.
5. Buscá un mentor
Siendo un estudiante, y teniendo poca experiencia, es muy probable que cometas bastantes errores. Si los emprendedores más exitosos y dueños de compañías que dirigen el mundo los cometen, no esperes vos, ser la excepción.
Ahora bien, esto tampoco significa que “buscando la experiencia” te dediques a cometer todos los errores posibles, ya que la gran mayoría cuestan dinero y tiempo, y si te dedicás a conocerlos todos, no tomará mucho tiempo para que te quiebres y fracases.
¿Qué mejor que aprender de los errores de alguien más? ¿Qué mejor que no tener que equivocarse para adquirir la experiencia? Esto es lo que te ofrece un mentor, alguien que ya pasó por tu mismo proceso, lo superó y hoy en día se encuentra en una posición más arriba que la tuya.
En este caso específico de querer ser un estudiante emprendedor exitoso necesitás a alguien que se encuentre en tu misma industria, alguien que también emprendió siendo estudiante y que hoy en día tiene su propia empresa. Cuando estés buscando el tuyo recordá lo siguiente:
El mentor debe tener un negocio exitoso que te gustaría tener como referente.
Tiene que tener experiencia en tu industria específica.
Y mucho mejor si también fue un estudiante emprendedor.
No te conformes con los programas y mentorías de tu universidad, andá y buscá afuera las personas que admirás y pediles sus mejores consejos.
6. Registrá tu negocio:
En muchos escenarios te tocará registrar tu empresa ante el gobierno, situaciones como licitaciones públicas o requisitos legales por parte de tus clientes o proveedores pueden apresurar esta decisión.
Si no te ves obligado a tomar esta decisión, todavía no lo hagas ya que hacerlo implica unas obligaciones tributarias y unos compromisos que puedes evitar mientras tu negocio despega.
Las universidades, por lo general, suelen brindar el acompañamiento para este tipo de procesos de los emprendedores. Dependiendo de tu país tenés diferentes alternativas de registro, así que no tiene sentido que este artículo se enfoque en las características y requisitos de uno solo.
Lo más importante de este paso es que significa que ya estás listo para empezar, no hay nada más que esperar para tomar la decisión de emprender. Desde este punto se puede decir que sos un estudiante emprendedor, ahora está en tus manos qué tan exitoso querés ser.
Para terminar queremos adjuntar dos artículos que pueden interesante y motivarte a emprender siendo un estudiante:
– Por qué debes crear tu empresa luego de graduarte, y no buscar un trabajo.
– A pesar de los riesgos, emprender siempre será mejor que un empleo de 8 a 5.
No tenés mucho qué pensar, tampoco tiempo para perder. Empezá hoy, sé un estudiante emprendedor.
Fuente: Emprendiendo Historias